Tras haber visitado el museo marí­timo y habernos ido con un buen sabor de boca, decidimos también visitar el museo de la defensa, muy cercano al anterior.

Aalborg fue fuerte de armas desde mucho tiempo atrás y tuvo especial importancia dirante la Segunda Guerra Mundial y durante la guerra frí­a, convirtiendose en uno de los mayores polvorines de Dinamarca en esta época. Su cercaní­a al mar y la situación en el norte de Dinamarca, en el fiordo, favorecieron este aspecto.

Lo que nos encontramos según llegamos fueron un montón de motos, coches, aviones y piezas que hací­an parecer al sitio una gran chatarrera. Pero no fue así­, ya que cada una de las piezas o trozos de ellas estaba numerado y tení­a su explicación. Incluso pudimos encontrar y oí­r grabaciones originales de la ocupación nazi y de la rendición.

Lo más espectacular de toda la exposición fueron algunos de los aparatos como por ejemplo un periscopio terrestre (por ejemplo para cuando estaban en trincheras) , los equipos de radio y telecomunicación muy antiguos, la gran colección de armas y la impresionante exposición de aviones y tanques, sobre todo de estos segundos que en la mayorí­a de los casos estaban completos e incluso accesibles (aunque bastante oxidados y con grasa -mis pantalones dan fe de ello-).

Equipos de radio

Equipos de radio

Tanques de la exposición

Tanques de la exposición

Misiles y antiaéreos

Misiles y antiaéreos

El aspecto más macabro se lo llevó la parte médica. En primer lugar por la forma que tení­an las ambulancias, que parecí­an más ataudes o coches fúnebres que ambulacias y por otro lado, lo que se llevó la palma fue ver el «maletí­n de amputaciones»… la foto habla por sí­ sola.

La ambulancia, más parece un coche fúnebre
Maletí­n de amputaciones. Sin comentarios

Maletí­n de amputaciones. Sin comentarios

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